sábado, 6 de agosto de 2016

"SACAR LA CHOCHOCA"


"Sacar la chochoca" (Chochoca: “maíz en grano sancochado y luego deshidratado mediante su exposición al sol o el frío nocturno”, según Alberto Tauro) es el equivalente -pero no de modo estrictamente literal- a "sacar la mierda". No es que se esté poniendo en el mismo nivel semántico a "mierda" con "chochoca", pues en el segundo caso se trata de alimento y en el primero de un desecho. La equivalencia se da, más bien, en que ambas frases, amenazantes y agresivas, se refieren a "hacer daño" o, de algún modo, a destruir al interpelado. En consecuencia, en el uso cotidiano de la frase, "sacar la mierda" o "sacar la chochoca" sería algo así como "desmondongar", pero, claro, en sentido solo figurado.
Nuestra ilustre lingüista, la doctora Martha Hildebrandt, en su sección "El habla culta" (Diario El Comercio), hace un comentario sumamente breve y digamos incompleto acerca de esta frase: "En nuestra lengua familiar, se documenta la expresión sacar la chochoca ‘golpear fuertemente a alguien’ (también tiene uso reflexivo)." Pero, como sabemos, "sacar la chochoca" no hace referencia precisamente a "golpear fuertemente a alguien", sino, en todo caso, al resultado de esa golpiza, al daño causado (un dolor, una lesión).

¿LAS DISCULPAS NO SE PIDEN, SOLO SE OFRECEN?


Las disculpas se ofrecen. Pero también las disculpas se piden.
a) Disculpar es (verbo transitivo: disculpar a...) "No tomar en cuenta o perdonar las faltas y omisiones que alguien comete": Juan disculpó a Pedro por la mentada de madre que este le espetó el día de ayer". b) Disculpar es (verbo pronominal: me disculpo, te disculpo, se disculpó, etc.): "pedir indulgencia por lo que ha causado o puede causar daño".
Es decir: a) Pido que no tomes en cuenta o me perdones por lo que te dije ayer (en otras palabras: te pido que me disculpes). b) Juan se disculpó por el disparate que expresó en su discurso (en otras palabras: digo que metí la pata y pido que me disculpen).
Lo otro: ofrecer disculpas solo es una manera de usar este sustantivo, con la cual lo que se hace es algo así como "explicar" (para recibir perdón, o "excusar o purgar una culpa") una "metida de pata" que uno ha cometido.
Este es el significado de disculpa: "Razón que se da o causa que se alega para excusar o purgar una culpa"; y el ejemplo de su uso que da el DRAE es este: "pedir disculpas", lo que es definido así: 1. loc. verb. disculparse (‖ pedir indulgencia).
Un abrazo, amigo. Ah, y te pido disculpas, si con esta explicación no te he convencido. 

Dos pintorescos diminutivos, bien peruanos:


AQUICITO. Adverbio demostrativo. Aunque su raíz es "aquí", lo cierto es que no hace referencia al sitio en que se encuentra ubicado el emisor que pronuncia tal palabra; no es equivalente a "en este lugar". Está, más bien, referido a un punto o lugar que se encuentra "allá", pero no lejos sino bastante cerca. Es decir: "en aquel lugar muy cercano".
ASICITO. Adverbio demostrativo: "así, de esta manera", pero haciendo referencia al tamaño del objeto aludido. Asicito es, digamos, "así de chiquito", y para que quede más clara la expresión a veces se la grafica haciendo una suerte de "pinza" con los dedos índice y pulgar. Lo contrario ("así de grande") es "asizote".

¿UNA PERSONA "DEMASIADA TÍMIDA"?


Acabo de leer en un cuento una frase muy parecida a esta: "yo soy una persona demasiada tímida". Sin duda, hay muchos que creen que está bien escrita. No es así. El error se encuentra en el uso de un adjetivo donde lo que corresponde es un adverbio. Veamos la forma correcta: "yo soy una persona demasiado tímida". ¿Se comprendió? La palabra "demasiado", como adverbio, es sinónimo de "muy" (muy tímido, muy tímida, sin variación de género). Si no me creen, lean lo que explica el Diccionario panhispánico de dudas y vean el ejemplo que pone (todo parecido es pura coincidencia  ): "Como adverbio, la forma demasiado es invariable y significa ‘excesivamente’: «Las orcas son demasiado inteligentes para caer en la trampa». Ah, otra cosa: un adjetivo no se antepone a otro adjetivo (como en esto: "demasiada tímida"), sino a un sustantivo al cual -como sabemos- modifica o del cual "habla" o "predica" (así: "demasiada gente", demasiadas rosas", "demasiados libros"). Como sé que no me creen, aquí les dejo con el "Panhispánico de dudas: "Como adjetivo significa ‘que excede de lo necesario o conveniente’ y se antepone siempre al sustantivo, con el que debe concordar en género y número: «Me pregunto si no habrás leído demasiadas novelas». Un abrazo!

¿"Al interior" o "en el interior"?


"Se desaconseja emplear al interior de, en lugar de en el interior de, cuando no está presente la idea de movimiento o dirección: «Persiste la corrupción al interior de la policía capitalina» (Excélsior [Méx.] 18.9.96). Por el contrario, al interior de está bien empleado si expresa idea de dirección: «Los conductores fueron obligados a dirigirse al interior de la casa» (Universal [Ven.] 21.4.93); «Miraba al interior de su jaula mágica» (Araya Luna [Chile 1982]).(RAE)

¿El adverbio "acaso", es una conjunción?



El DICCIONARIO DE DUDAS Y DIFICULTADES (de Manuel Seco) dice: "ACASO. 4 En el habla coloquial de Chile y Perú se usa como conjunción, con el valor de 'si': 'Podría que...me encarguen novelitas, pero acaso pagan adelantado' (Vargas Llosa, Ciudad, 17)".

 El Diccionario de Dudas y Dificultades, escrito por Manuel Seco, de la Real Academia Española, no obstante lo esclarecedor que es respecto de casi todas las sombras que podemos tener en cuanto al uso de diversos vocablos del idioma español, no es una muestra de absoluta perfección. Allí encuentro, por ejemplo, algo que me parece, simplemente, jalado de los cabellos, absurdo. Al explicar acerca de "acaso", cita una frase contenida en "La ciudad y los perros", para decirnos que en nuestro país este adverbio se usa "coloquialmente" como conjunción, con el valor de "si", lo cual es simple y llanamente falso (cf. Diccionario de... Madrid, 2002. Pág. 11). La verdad es que no se trata de un uso coloquial en el Perú. Lo que Manuel Seco ha encontrado (y lo ha tomado en serio) solo es el uso que se le da en una novela: uso dado incorrectamente por el autor, o error debido a los tipógrafos; pero, repito, que solo aparece en una novela. Es decir, el autor del Diccionario puso como ejemplo una expresión "excepcional" (porque únicamente aparece en la novela mencionada), tal vez porque creyó que "la literatura es expresión de la realidad". Pero no. Al menos, en cuanto al adverbio "acaso", la "Ciudad y los perros" no muestra la realidad. Lo que ha hecho el académico Manuel Seco es, pues, cometer un desacierto. No siempre las novelas pueden ser tomadas como sustento documental para estudios extraliterarios.

 Yo creo que Vargas Llosa olvidó (o lo hizo adrede, no podemos adivinarlo) poner signos de interrogación: "Podría que unos diez tipos se soñaran con la película esa, y viendo tantas mujeres en calzones, tantas piernas, tantas barrigas, tantas, me encarguen novelitas, pero ¿acaso pagan adelantado? ¿y cuándo las haría si mañana es el examen de química...?" Digo esto porque no sería la única vez que nuestro novelista deja de lado esos signos, como se puede ver, por ejemplo, en "Cinco esquinas". Es razonable pensar que en el texto que corresponde a lo que dice el personaje Alberto (con los labios que "se mueven sin ruido") hay partes en que faltan signos de interrogación; nótese, por ejemplo, que allí aparece un adverbio interrogativo, "cuándo", que está con la respectiva tilde pero que carece del signo de interrogación.

 Enseguida, otra hipótesis (no independiente, sino que complementa y que explica a la anterior). También es válido, creo, encontrar una posible explicación en el hecho de que las palabras dichas por "Alberto", el personaje de la novela, palabras citadas del personaje de la novela ("Alberto") no corresponden a un diálogo sino a una suerte de "monólogo interior" (está pensando), y por ello a nuestro ilustre novelista se le ocurrió ese tipo de redacción. (recuérdese que este tipo de textos a veces son redactados incluso sin ningún signo de puntuación).

 Finalmente, creo que es posible, también, que el novelista haya querido poner la frase de este modo, por ejemplo: "Podría que...me encarguen novelitas, pero si acaso pagan adelantado"; o sea, incluyendo expresamente la conjunción "si".

 En fin, solo son hipótesis, sin duda arriesgadas. Pero, sea como fuere, lo cierto es que, sin querer, el novelista (o, mejor dicho, la novela escrita por él), terminó empujando al error al académico español Manuel Seco.

 Finalmente, en lo que no hay lugar a dudas es que, en el habla coloquial del Perú (esto debe quedar absolutamente claro), el adverbio “acaso” no se usa, ni se ha usado nunca, como conjunción, dándole el valor de "si". El “Diccionario de Dudas y Dificultades" se equivoca, pues.