Su origen está en el latín:
"Palea", que significa "fibra". Y es (DLE) "caña de
trigo, cebada, centeno y otras gramíneas, después de seca y separada del
grano".
Se entendió de lo que estoy hablando,
¿verdad? Es la paja.
En el Perú, sin embargo, no solo es
eso que aparece en la primera acepción registrada por el Diccionario oficial.
Paja también es, aquí, el nombre que se le da a la masturbación (sé que en
algunos otros países, también); y se emplea, asimismo, como un adjetivo para
ponderar (ojo a la cuarta acepción de este verbo: elogiar, alabar) algo.
¿Cómo o por qué aparecieron estos dos
nuevos usos, cómo podríamos explicarlos? Normalmente o, mejor dicho,
usualmente, la aparición de un vocablo o la asignación de tal o cual
significado (sentido) se da bajo el amparo de la arbitrariedad, pero esto no
impide que en muchos casos sea posible hallar una explicación, con alguna dosis
de rigor, echando mano a la etimología y, así, podamos encontrar una voz remota
convertida en la raíz u origen del vocablo nuevo.
¿Cuándo comenzó a usarse el término
"paja" para referirse a la masturbación? Si lo supiéramos y si,
además, nos fuera fácil saber dónde ocurrió tal cosa, tal vez podríamos hasta
enterarnos de qué fue lo que lo motivó (trabajo para la lingüística histórica,
sin duda). Mientras tanto, creo que podemos decir lo siguiente. Además del
latín "palea" que, como ya vimos, significa "fibra", otro
antecedente en esa lengua es "pascere", apacentar, calmar, apaciguar,
satisfacer. En esta última acepción, que es lo mismo que "dar gusto",
estaría el origen o, mejor dicho, la explicación al uso de "paja"
como sinónimo de "masturbación" (porque, como sabemos, masturbarse
ese eso, pues, darse placer).
Por analogía, creo que es razonable
comprender que la expresión "¡Qué paja!", que -como ya vimos- también
se usa en el Perú, puede ser explicada etimológicamente con la mencionada voz
latina "pascere". Lo que alabamos o elogiamos, no solo es algo que
nos parece bien sino que, además, nos genera placer, nos gusta. "¡Qué
paja!", que es lo mismo que decir "¡Qué bacán!", es una
expresión coloquial con la que no emitimos juicios de carácter
"científico" para calificar, tal vez, algún grado de perfección en
una obra literaria o de otra índole. No, no es eso. Es una expresión fundada
básicamente en la emoción; por eso, repito, se trata de un elogio o alabanza
porque algo nos gusta y nos genera placer. Por eso es paja, es bacán. Y podemos
decir: "Qué paja es este poema"; "Está bien paja tu
camisa".
Ahora, es legítimo, usar esa
expresión, que aún no ha sido "validada" ni "estandarizada"
u "homologada" por la Academia? Sí, es legítimo. Podemos usarla
coloquialmente, pero nada nos prohíbe (nada puede prohibirnos) que la usemos en
textos escritos, hasta en ensayos. Las lenguas se manejan, deben manejarse, en
libertad. No podemos, porque sería indigno -especialmente, si somos escritores-
estar cuidándonos de qué puedan decir los "censores" (que, dicho sea
de paso, no existen) para poder escribir. Por eso tenemos a César Vallejo, que
escribió en libertad y creó "Trilce". Por eso, también, a Juan José
Flores, autor de "Huámbar Poetastro Acacautinaja". Pero cada uno es
libre: puede escribir con absoluto apego a la majestad de la Academia, o en
libertad.
Los vocablos no se bien quien los aprueba pero se hacen muy populares por las personas como nombrar dolly jeans a los pantalones de mezclilla.
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