sábado, 24 de marzo de 2012

ELIPSIS

Especialmente en los discursos o intervenciones improvisadas de algunas personas en ceremonias familiares, es común escuchar cosas como lo que hoy escuché decir a un congresista, durante la presentación del Gabinete Ministerial en el Parlamento: "Gracias, señor Presidente. Por su intermedio, saludar a los señores ministros...". Si nos atuviésemos exactamente a lo dicho, es decir, palabra por palabra, no entenderíamos ni miércoles: "Por su intermedio, saludar..." ¿Saludar? Saludar es un verbo que aquí aparece digamos en estado virginal, en modo infinitivo, sin acción específica, no indica hacia dónde va, "qué es lo que quiere". El modo infinitivo presenta al verbo como si se tratara de un sustantivo; pone de manifiesto la idea de una acción, pero no a la acción misma: "saludar" es la acción de expresar o "mostrar a alguien benevolencia o respeto" (DRAE), pero no es el saludo propiamente dicho. Si yo digo, como el congresista, "saludar a los ministros", no estoy diciendo nada, absolutamente nada específico o, yendo al punto, no les estoy, en realidad, saludando a esos dignos representantes del Ejecutivo. Sin embargo, todos, prácticamente todos, entendemos lo que este ("padre de la patria" le dicen) u otro personaje quiere expresar con esas palabras, porque de tanto escuchar frases como esa hemos terminado acostumbrándonos a ella y, finalmente, le hemos "entrado al juego". Es que aquí estamos frente a aquello que es conocido como "elipsis", pero que en casos como el del ejemplo se dan de un modo exagerado y, digamos, absurdo, descabellado. El Diccionario define elipsis como "Figura de construcción, que consiste en omitir en la oración una o más palabras necesarias para la recta construcción gramatical, pero no para que resulte claro el sentido." Es decir, eliminación de palabras que sin bien es cierto son necesarias, también son prescindibles porque su ausencia no genera trastorno en la construcción gramatical ni mucho menos en el entendimiento. El DRAE nos da un ejemplo: "Juan ha leído el mismo libro que Pedro". Aquí lo que no aparece (repito: necesario pero prescindible) es "ha leído": "Juan ha leído el mismo libro que 'ha leído' Pedro". En frases como la dicha por nuestro congresista, el haber recurrido o, mejor dicho, incurrido en la elipsis dañó la construcción gramatical, pero, como ya lo dije, nos hemos acostumbrado a gazapos de esta laya, y por ello y porque solemos ser complacientes los pasamos por alto y, encima, "los compredemos". Lo que quiso decir y debió decir es esto: "Por su intermedio quiero (o quisiera) saludar a los señores ministros", así de simple y fácil.

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