La
cédula que se empleará el día del Referéndum Nacional es la que aquí aparece.
Como se ve, hay cuatro recuadros en cada uno de los cuales aparece el
monosílabo "SI" que, evidentemente, los que lo pusieron quieren que
se lea como "SÍ". Pero no, no es lo mismo.
Un
"SI" sin tilde no es lo mismo que un "SÍ" con tilde. El
primero es una conjunción que "Denota condición en virtud de la cual un
concepto depende de otro u otros" (DLE), pero dicho o escrito así, aisladamente,
no dice absolutamente nada; se entiende cuando aparece formando parte de una
frase, como esta: "Si llegas el lunes, llegarás a tiempo". Es decir,
literalmente, en la cédula no representa la opción afirmativa; si usted marca
ese monosílabo no está diciendo "Sí, estoy de acuerdo". Falta,
pues,la tilde.
Un
amigo expresa esta inquietud: "¿No es que acaso cuando las palabras están
escritas en mayúsculas no se las tilda?
Mi
respuesta: No es. Era. Era lo que se creía antes. Una letra, por ser mayúscula,
no se convierte, digamos, en "más sonora" que otra; no adquiere
acentuación automática o, dicho de otro modo, el tamaño mayor de una letra no
reemplaza al signo ortográfico llamado tilde; su acento debe necesariamente ser
representado por la tilde (necesariamente, no a elección del usuario). En la
cédula lo correcto era poner "SÍ", y no "SI".
Felizmente,
para tranquilidad de nuestros leídos burócratas, la verdad es que, así, incluso
con errores ortográficos, todo el mundo sabe qué es lo que se quiere decir. O
sea, aunque resulte de mal gusto, hay que decir que el suelo todavía está
parejo. (Yo solo digo, nada más😆😆 )
(15 de octubre del 2018)
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