¿«Habemos» o «estamos»?
Ambas formas son correctas, pero no
significan exactamente lo mismo. «Habemos» es una forma verbal de uso muy
extendido que equivale a «somos» o «existimos»; pero con referencia a
determinada ubicación espacial o temporal: «En Lima habemos muchos que bailamos
huayno»; «Actualmente aún habemos quienes no nos dejamos avasallar por la
Academia») y, claro, en alguna forma, viene a ser una suerte de
indicativo en primera persona del plural del verbo «haber», pero no exactamente;
pues, con más propiedad, es -repito- el sinónimo de «somos» o «existimos», y no
de «estamos». Así que, cuestionarlo o, más aún, rechazarlo por aquello de que
el verbo «haber» no se conjuga en plural es absurdo y, digamos, injusto y
antidemocrático: «habemos» es una forma verbal creada, con su propio
significado, legítimamente por el habla, que, en cuestiones de lengua, es
«árbitro, juez y dueño» (Horacio dixit). Proviene, sin duda, del verbo haber,
pero en el uso es, ya, otra cosa. Tarde o temprano la (en algunos aspectos aún
anquilosada) RAE, tendrá que asumir la validez indiscutible del «habemos» (ojo:
no «aceptar», ni menos «autorizar» su empleo, porque esto no es su papel);
estoy plenamente convencido de que así tiene que ser, y será. Ah, otra cosa, finalmente;
la RAE no está, como dice el primer artículo de los Estatutos de la respetable
institución, transcrito por Esmeralda Quiroga -la autora de la nota en la
página que aquí inserto- para «velar por que los cambios que experimente la
lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes
no quiebren la esencial unidad que mantiene transcribiendo parte del
primer artículo de los estatutos en todo el ámbito hispánico»; su función,
entre algunas otras, es, básicamente, lexicográfica (elaboración del
Diccionario oficial), de sistematización y difusión de la norma lingüística
(que se da en el habla) y también de asesoramiento y dadora de consejos; no es
una suerte de «protectora» ni menos censora de nuestro idioma; pero sí, naturalmente,
es muy útil. Habemos muchos que nos atrevemos a discrepar de algunos criterios
académicos de la docta corporación matritense, pero lo hacemos «en buena onda»,
haciendo uso legítimo de nuestro derecho a la libre opinión, pero nada
más: alabamos su existencia. ¡Un abrazo!
© Bernardo Rafael Álvarez
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