Afirmo: "Considerando en frío, imparcialmente" (Vallejo dixit), la libertad de las lenguas solo está sometida a la voluntad de los hablantes; no de gobiernos ni academias. (Bernardo Rafael Álvarez)
martes, 10 de diciembre de 2013
"NO ME QUEDA DE OTRA"
"MACHINES Y HEMBRINIS"
Si usted, por curiosidad, abre el Diccionario de la RAE y dirige su mirada a la página 709, encontrará las acepciones asignadas al adjetivo "Femenino" y podrá darse cuenta de que una de ellas (más que asignadas, endilgadas) es la siguiente: "Débil, endeble". Y, ahora, si va al adjetivo "Masculino" (pág. 991), verá que aparece como "Varonil, enérgico". Definiciones, por donde se las quiera mirar, definitivamente machistas. Pero, desde ahora, eso nunca más. Ya fueron eliminadas. Hay que entender, entre otras cosas, que en el primer caso por falaz y agraviante, y en el segundo por un exagerado narcisimo machista. Buena acción la de la Academia. :)
¿SUBVERSIVO?
Es cierto, en gran medida, lo que dice usted, don Marco Aurelio. Lo felicito. Y admiro, y respeto grandemente sus amplia y profunda erudición en diversos temas, y también sus enseñanzas. Pero, la verdad la verdad, muchas de sus opiniones (casi todas, ¿o todas?) respecto del idioma pueden tener de todo, menos de subversivo. Estimulan el, digamos, justo respeto por el buen decir y el buen escribir, pero a veces (muchas veces, en realidad) tratan de hacernos entender que la corrección en el habla debe ser sinónimo de sometimiento a las reglas impuestas por los académicos. Y no debe ser así. La única regla válida, en cuestiones del idioma, de la comunicación, es el uso, la libertad del uso, y el entendimiento (la comprensión): si lo que hablan o escriben algunos miembros de un grupo social es comprendido por los demás, significa que no existe, allí, problema alguno de lenguaje, de comunicación. Subversivo, válida y legítimamente subversivo, es apostar por la libertad y, de algún modo, por la proscripción de todo aquello que sea o parezca solemne o majestuoso (de reyes o monarcas). Y, ¿quiere que le diga una cosa?, hasta la misma Academia ha resultado menos "papista" que usted; siguiendo las enseñanzas de Horacio, la RAE acepta que el uso es "árbitro, juez y dueño en cuestiones de lenguas", como ha sido siempre y como seguirá siendo. Ah, y algo más: ¿La inteligencia es peligrosa o subversiva? A veces lo es; no siempre. Las ganas de ser libres, sí. Pero eso de que "un programa cultural rectamente entendido es más peligroso que Sendero Luminoso", no solo es falso: es, además, una desbarrancada exageración: ¿La cultura puede ser peor que una asquerosa banda de asesinos? ¡No, señor! La cultura no es sinónimo de infamia.
PALABRITAS Y PALABROTAS JUVENILES
ALERTA
miércoles, 30 de octubre de 2013
A PROPÓSITO DEL COMPORTAMIENTO SEXUAL EN EL ANTIGUO PERÚ Y LAS PALABRAS.*
Hubo quienes consideraban que la cultura Moche era "perversa", "degenerada" debido a las representaciones sexuales en su cerámica. En sus huacos (y también en algunos de la cultura Vicus) se representaban diversas poses sexuales, pero también el fellatio o coito bucal (corneta) y el cunilingus ("sopa"); igualmente el coito anal ( o, como diría don Marco Aurelio: "per angostam viam") entre hombres y mujeres y también encuentros homosexuales ("mostaza", según los muchachos), igualmente la masturbación individual o recíproca y el exhibicionismo; también llegaron a representarse relaciones entre animales y una que otra en que aparentemente habría encuentros entre humanos y animales. Los casos de Moche y Vicus son prácticamente los únicos en el antiguo Perú; en líneas generales, los antiguos peruanos eran recatados en esto de representar iconográficamente las relaciones sexuales. Esto, sin embargo, no significa que hayan sido unos santos o cosa parecida; la "cochinadita" existió siempre.
[A propósito de “cochinadita”: “Cochinadita" es simplemente una suerte de sinónimo que todo el mundo (es decir, los que emplean el término) usa en tono humorístico (lo cual es legítimo, le guste o no a algunos) y con una sonrisa de por medio; nunca se le ha dado una connotación negativa, pero siempre se ha tenido el cuidado de enmarcarlo entre comillas. Por lo demás, el apelar a cualquier término para hacer referencia ya al sexo o ya a cualquier otra cosa, es signo de verdadera libertad y, como sabemos, el empleo del idioma se hace o debe hacerse siempre en libertad. Las lenguas han sido siempre lo más democrático que ha podido existir, aún a pesar de académicos.
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"BASE DE DATOS"
UN ESPEJO EN EL SUICIDIO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
¿ATEO O ATEÍSTA? (TEMA POLÉMICO, SIN DUDA)
domingo, 29 de septiembre de 2013
¿FUE "ELECTO" SENADOR?
Dice el blog de la PUCP*: Raúl Porras Barrenechea "Se reencontró con la política activa en 1956 cuando fue electo senador por Lima..." No fue "electo senador". Fue elegido. "Electo" proviene del participio irregular del verbo "elegir" pero en este caso no funciona como verbo (no representa acción); es, más bien, un adjetivo. Y, así, se puede decir "Fulano de tal es el presidente electo", pero no "ha sido electo presidente". Digamos que ocurre como con el verbo extinguir: "Se ha extinguido el fuego"; pero no: "El fuego se ha extinto".
*Blog de la PUCP
sábado, 7 de septiembre de 2013
EN TORNO SUYO.
DENTRO TUYO
En el caso de la expresión "dentro tuyo" no es solo un problema de la televisión (una amiga hace referencia a un comercial en que alguien usa esta expresión: "Dentro tuyo"). No exageraría si digo que el "dentro tuyo" es empleado por el 99.99% de la población. Lo que ha hecho el comercial de la Coca-Cola es (creo que involuntariamente, por cierto) transmitir una manera de hablar de "todo el mundo". Lo mismo ocurre con "delante tuyo" o "delante mío", y también con "en torno tuyo". Ninguna de estas formas son, naturalmente, correctas y por ello no han sido aceptadas (al menos no hasta ahora) por la Academia. Incluso, por ejemplo, Manuel Seco, de la Real Academia, en su Diccionario de Dudas y Dificultades explica su uso ("En torno del..."; "En torno a...") y, sin embargo, él mismo cae en el uso hasta ahora incorrecto: "La lengua latina se corrompía en torno suyo, por ignorancia, por abandono...." (Advertencia preliminar, pág. IX). O sea, en este caso, al menos en este caso, creo que no estamos precisamente ante un "embestiamiento" (así calificó mi amiga) de los comunicadores sociales, sino -nos guste o no- frente a la progresiva imposición del uso.
viernes, 30 de agosto de 2013
JODIDO O JODIENDO: ¿LA "CABECEADA" DE DON CAMILO JOSÉ CELA?
"Estaba el novelista, que se desempeñaba entonces como senador, dando cabezadas en plena sesión parlamentaria cuando el sacerdote Xirinacs le hizo esta pregunta:
-¿Está usted dormido?
A lo que el Nobel le respondió:
-Monseñor, no estoy dormido, estoy durmiendo.
El religioso le replicó:
-Es lo mismo, ¿no?
-No, monseñor, son cosas distintas -explicó don Camilo-: "No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, de la misma manera que no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo".
Efectivamente, no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo. Pero conviene tener en cuenta lo siguiente: Esa afirmación solo sirvió en la práctica para darle el toque de humor a una, digamos, media verdad. Me explico.
Dije que para el caso de la anécdota (y, claro, para la generalidad de los casos), el verbo "dormir" es intransitivo y por ello, usado como participio o como gerundio significa lo mismo. Pero también se da el carácter transitivo en otras circunstancias, y aquí la cosa cambia. Ejemplo: Cuando un mentalista, como Tony Kamo, está hipnotizando a un personaje en la televisión, es correcto decir que "lo está durmiendo". Y, como es fácil de entender, este verbo en gerundio es completamente diferente a "estar dormido".
La de don Camilo sería, por cierto, una de sus más geniales anécdotas, que las tiene varias, en verdad. Pero es solo una anécdota, nada más; y quien acertó en su afirmación fue el sacerdote Xirinacs, no el escritor.
martes, 27 de agosto de 2013
ESTOS PLURALES
Por regla gramatical, el plural de los sustantivos en castellano se forma agregando al final de la palabra "s" o "es": mesa = mesas; pan = panes. Esta regla, sin embargo, no se cumple absolutamente con todos los sustantivos: ómnibus, por ejemplo, palabra a la cual -por obvias razones- no sería dable ponerle una "s" al final porque esta se duplicaría innecesaria y absurdamente ("ss"); pero tampoco procede que se le agregue "es" ya que se produciría una grave alteración fonética en el sustantivo, que daría lugar a que de ser, como es, una palabra esdrújula, se convierta en aguda: "omnibús(es)". Por ello, solo es necesario anteponerle un artículo o un adjetivo demostrativo expresado en plural (los, unos; estos, esos, aquellos). Los sustantivos a los que tampoco debe agregarse "s" o "es", son los apellidos en español (cosa que sí ocurre en lengua inglesa): "los Castillo" y no "los Castillos". Y si frente a nosotros tenemos un batallón de militares en que todos tienen el grado de Alférez ¿cómo debiéramos referirnos a ellos? En plural, naturalmente; y es lo que hace todo el mundo. Pero la pronunciación de este plural es medio incómoda y por ello es que muchos dicen "los alfereces" (/alferéces/) porque "suena bien". Sin embargo, ateniéndonos a la regla (y a lo explicado respecto de "ámnibus"), la manera legítima es esta: "Alféreces". Y además de incómodo suena feo, ¿no?
LUCIR
lunes, 26 de agosto de 2013
DESCHAVAR
Ensayando una audaz incursión en el terreno de la lingüística y empleando, digamos, un tono medio “saussureano”, el gran Enrique Verástegui –en una nota publicada en el único número de Eros, la revista del inolvidable Isaac Rupay- trató de dar una explicación al verbo “deschavar”:
“Probablemente la palabra tenga su origen más remoto en chapa, o quizá –improbablemente- en tapa. El significado puede variar o ser el mismo, pero las formas del significante proliferan en cadenas asociativas por generación espontánea. El sintagma es un círculo infinito: una estación de la finitud. Destapar, dechapar, deschavar = enseñar”.
Y antes de este desarrollo conceptual, nuestro poeta elaboró una caracterización aún más ambiciosa:
“Deschavar o mejor: deschave es un juicio implacable en el habla peruana. Si queremos desenmascarar algo, lo deschavamos, vamos a deschavarlo. Lo soltamos. Si lo deschavamos hemos realizado un deber, hacemos uso de un derecho que nos concierne por ley tácita. Deschave es por tanto, una categoría real para el habla peruana."
Interesante.
Su uso en el Perú tiene varias décadas; desconozco cuántas, pero, por ejemplo, Lauro Pino ya lo había incluido en su librito Jerga criolla y peruanismos, que es de 1968. Pero, a pesar de que, por el uso que le damos, podemos considerarlo como peruano, lo cierto es que este verbo no nació en nuestro país, sino en Argentina, y su edad -¡uf!- es difícil de determinar. En un libro aparecido en 1928, Carlos Raúl Muñoz y Pérez, al que le decían “El Malevo Muñoz”, publicó unos versos que eran cantados como tango y cuyo título era “Cacho del recuerdo”, y allí encontramos esto: “Suelo a veces curda, cuando estoy de farra / deschavar cantando, mi vida ruflera…”. Antiguo, pues.
Lo que expresa
nuestro poeta Verástegui, al tratar de asociar el verbo deschavar con deschapar
y destapar, tiene sentido en realidad si consideramos los aspectos fonético y
semántico propiamente dichos. Sin embargo, un estudioso como es Enrique
Chiapara, autor de Glosario lunfardo, estima que el origen del
verbo en cuestión, se encuentra en el italiano “schiavare”, cuyo significado en
español es “abrir forzando”. Pero, como sabemos, el deschave forzado solo se da
cuando se confiesa algo por presión externa (un interrogatorio policial, por
ejemplo). Y la verdad es que el deschave (o el deschavarse) no siempre se da en
esas condiciones; también se produce estimulado por la buena voluntad: una
declaración de amor, por ejemplo. Es decir, también es sincerarse
voluntariamente.
Sea como fuere,
deschavar es un verbo legítimamente asimilado por el habla peruana. Pero, ojo,
también es empleado en Cuba, solo que con esta salvedad: allí se le da el
significado de “comportarse con desenfado y atrevimiento en determinada
situación” (que, como se ve, tiene mucho que ver con aquello de ser sincero) y
el DRAE lo recoge como “Deschabar” (usando “b” en lugar de “v”).
miércoles, 21 de agosto de 2013
¡CHINO MACACO!
martes, 20 de agosto de 2013
NO ES UN "JEANS"
La pregunta: ¿Es realmente incorrecto lo que prácticamente todo el mundo hace en nuestro medio, al pronunciar "cúster" y no "cóuster" para referirse al tipo de vehículos mencionado? No, no es incorrecto. Se trata de una legítima castellanización o, más precisamente, peruanización del vocablo de marras; y nadie nos lo puede prohibir.
La pronunciación "cúster" (y su escritura), para designar al tipo de carros aquí referido, puede convertirse, en cualquier momento, en un aporte peruano, en un peruanismo, sin ningún problema. Así que adelante nomás, paisanos, que al fondo hay sitio.
"LA SOBERBIA ES UNA DISCAPACIDAD" (¿LO DIJO JOSÉ DE SAN MARTIN?
No pongo (¡qué va!) en duda su autoría, pero si de algo estoy más seguro es de que el ilustre argentino no dijo o no escribió la frase tal como aparece en el Internet. ¿Saben o, mejor dicho, se imaginan por qué?
Respuesta: La frase de José de San Martín ha sido, digamos, "traducida" al castellano de nuestra época. El no dijo -no podía haber dicho- que la soberbia era una "discapacidad". El término es muy reciente. Tengo un diccionario de 1913 que no lo registra y tampoco aparece en mi "Pequeño Larousse Ilustrado de 1988. El DRAE lo consigna recién a partir de su edición del 2001.
lunes, 19 de agosto de 2013
¿SÍ? ¡NO!
Escuché a alguien en la televisión que dijo esto (lo transcribo casi textualmente): "Tengo que esforzarme más y dar todo de sí". Veamos. El "sí" que empleó este muchacho (un torero español que participa en uno de esos "realytis" celestinos) es un pronombre personal que el DRAE lo define como forma reflexiva de tercera persona, y que se usa "en los casos oblicuos de la declinación en ambos géneros y números, siempre con preposición". Por ejemplo: "Le echaron agua fría en el rostro y volvió en sí". Como se ve, el sujeto aludido en el ejemplo es una tercera persona y puede corresponder a cualquiera de los géneros (masculino o femenino) y, en este caso, la preposición empleada es "en". Si se empleara (obvio, en una oración referida a otra cosa) la preposición "con", no se diría "con sí", sino "consigo". Ejemplo: "Pedro se alejó, llevándose consigo el regalo que le entregué". Como dijimos, citando al DRAE, el pronombre del que nos ocupamos se emplea en la declinación en ambos números (singular y plural), como en este ejemplo: "Las chicas del seleccionado de Vóleibol dieron todo de sí". Repetimos en otras palabras: tercera persona del masculino o femenino y del singular o plural. Nunca en primera o segunda persona. Lo que el muchacho español dijo en la televisión (ojo: no es el único, porque muchos lo hacen) fue, pues una barbaridad (uso el término muy familiar para don Marco Aurelio ). El uso correcto del pronombre en primera persona, para expresiones similares a la que dio pie a esta nota, es el que aparece en este ejemplo: "Me esforzaré y daré todo de mí". Y si lo que se quiere decir es algo como el ejemplo de Pedro, diremos esto: "Me alejé llevándome conmigo el regalito". Y, bueno, para la segunda persona el pronombre es "ti" y si se usa la preposición "con", será "contigo".
domingo, 11 de agosto de 2013
AMERITAR, MERITAR, MERITUAR.
MENTAR A LA MADRE
Por si acaso, no se
vayan a escandalizar (en Facebook he visto que ha ocurrido, y hasta se han
burlado del periódico).
Lo
que aquí, en el diario Trome, aparece
está bien escrito. Se puede decir: "Juan mentó a la madre", pero
muchos yerran cuando dicen, por ejemplo: "Juan menta a la
madre". Recuérdese que el verbo "mentar" -como también "cimentar"-
se conjuga como "acertar". En consecuencia, en el presente indicativo
de estos verbos, conjugados en primera, segunda y tercera persona, siempre
sonará una "i" que casi todo el mundo soslaya: “Yo miento, tú
mientas, el mienta, ellos mientan..."
Cuando lo conjugamos
en los demás tiempos, desaparece la “i”: “Yo menté, yo mentaré, tú mentaste,
ellos mentaron…”; también con el presente indicativo de la primera persona,
pero en plural: “Nosotros mentamos…”
(Leamos el Diccionario. Allí encontramos la
siguiente indicación: “Conjug. c. acertar.”. Es decir, se conjuga
como el verbo acertar, y se define como: “Nombrar o mencionar a alguien o algo”).
martes, 16 de julio de 2013
"SHILCO TORO"
"Te cuento. En mi provincia no se usa el término Shilco o, al menos, no recuerdo haberlo oído. Es evidente que se trata de una voz quechua. No sé cuál puede ser el sentido que le dan en algunas zonas del Callejón de Conchucos, donde has escuchado esta expresión: "Shilco toro". Quiero aventurar una explicación: Podría ser algo así como "toro puntiagudo" (aludiendo a las astas). Pero, repito, es solo una explicación lanzada al aire, sin mayor sustento, pero de algún modo relacionada con lo que paso a referir. González Holguín en su Vocabulario de la lengua quechua (1608) registra lo siguiente, lo transcribo textualmente: "Sillccuni hallppini" (Rascuñar (sic) a otro o arañar); sillccuni (dar rasgos en ropa, o en carne); ssillcuscca hallpiscca (el rasguño, lo rasguñado). En Tayabamba (La Libertad) se usa el término quechua "Shilco" para nombrar a lo que conocemos como cadillo o "amor seco", que es una planta silvestre con unas semillas que tienen unas púas muy delgadísimas que se pegan a la ropa. Entre lo que registra González Holguín y la voz de Tayabamba hay creo cierta relación: el rasguño supone la acción de una suerte de "púas" que raspan (las uñas de un gato, por ejemplo). Y si hablamos de púas, la asociación con las astas del toro estaría explicada, creo yo. Pero también hay esto: el Huandoval (Pallasca) se conoce como "shillca" al "brote" que aparece en los tubérculos (papas, básicamente) que han quedado en una chacra después de la cosecha (María del Carmen Cuba: Vocabulario de Huandoval; lo cual coincide con "chillkiy" que en el quechua de Chachapoyas significa precisamente "brotar" (Gerald Taylor: Estudios lingüísticos sobre Chachapoyas). En un bello huayno de Pastorita Huaracina, también se emplea esta voz: "Ay, shillco, shillco, niraq cholo...".
Mi amigo el escritor replicó: "Diste en el clavo...Eso es: "Shilco toro", toro que con sus astas, rasguña, hiere la carne del torero. Yo también conozco el cadillo (shilco), pero no me convencía mucho su significado. Con lo de González Holguin, queda claro."
RICARDO PALMA, EL “ILUSTRE TRADICIONALISTA PERUANO”
Veamos lo que dice el DRAE:
Tradicionalista: Que profesa el tradicionalismo o es partidario de él. Tradicionalismo: Doctrina filosófica que pone el origen de las ideas en la revelación y sucesivamente en la enseñanza que el hombre recibe de la sociedad.
Tradicionista: Narrador, escritor o colector de tradiciones. Tradición: Transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación. Noticia de un hecho antiguo transmitida de este modo.
¿Don Ricardo Palma, tradicionalista? No, señores. Tradicionista, eso es lo que fue nuestro gran escritor.
SALÍRSELE EL INDIO
Sin duda, todo lo dicho por nuestra muy enterada lingüista es cierto. Sin embargo, creo que le faltó algo: explicar la razón por la cual se hace referencia precisamente a los habitantes nativos de América para designar la expresión de un estado de ánimo alterado o comportarse con grosería (que es también lo que esa expresión significa). Yo, particularmente, creo que se debe a esto: a la población indígena americana, especialmente andina, no solo se la ha considerado secularmente como una "raza inferior" sino, además, hosca, "mal educada", grosera. Así, "salírsele el indio" a alguien significaba precisamente eso: ponerse grosero "como groseros son los indios". Se trata, creo yo, de una frase infamante.
¿CONSEJO O CONCEJO?
Veamos. Concejo (o Concejo Municipal), que es sinónimo de "ayuntamiento", de "municipio" o de "casa consistorial", se escribe con "c" no porque sus miembros sean "concejales" (Perú se escribe con "P" no porque los que hemos nacido aquí seamos peruanos, sino al revés: somos peruanos porque hemos nacido en el Perú). La explicación respecto de Consejo Regional, por razones obvias, es similar. El tema referido a la distinción que existe entre Concejo, que se escribe con "c" y Consejo, con "s", es de carácter etimológico y se aborda considerando la "lingüística histórica" o la filología. Y así tenemos que Concejo proviene del latín "concilium" (ahí está la "c"), y Consejo de "consilium" (también latín).