Bueno, creo, Charito, que ahí está el problema. En el lenguaje, me parece,
funciona lo que conocemos como "accidente gramatical" y no lo que
sería (lo digo en broma por si acaso) una suerte de "accidente
sexual". O sea, eso que tradicionalmente se conocía como
"género" (masculino/femenino) que en la actualidad es usado como
riguroso sinónimo de "sexo". En el lenguaje -creo yo- existe el
género y no el sexo y esto indica, a su vez, que es excesivo y estaría fuera de
lugar hablar de "machismo". Por otro lado, inclusivo es lo que
incluye, y lo que siempre -hasta ahora que la cosa parece haber cambiado- se
hacía, por ejemplo al decir "todos los niños del Perú", era eso,
incluir en el término "niños" a todos, niños y niñas de este país.
Más bien con la precisión "los niños y las niñas" lo que se está
haciendo es discriminar, es decir, separar, tal vez con justicia, nominalmente
a cada quien por razón de género; lo cual es, además aunque no importante,
medio "antieconómico" porque se emplean más palabras. En mi modesto
entender, más que voluntad inclusiva la cosa parece propósito revanchista o
algo así. Ahora, aquello de recomendar, en aras del "lenguje
inclusivo", que por ejemplo deje de decirse "los seres humanos"
y se emplee "la humanidad" atenta, en algún modo, contra la libertad
expresiva; los "inclusivistas" estarían, así, fomentando la exclusión
hasta de ciertas maneras de hablar. Es pues, un tema de repente complejo, pero
las propuestas posmodernas me parecen jaladas de los cabellos. Por ello es que
solté la interrogante aderezada, claro está, con un medio mongo chiste. Un
abrazo!
......
Coincidimos plenamente: el purismo no es buen
consejero, y lo sabes tú y lo sé yo, y aceptamos esta verdad, aunque el
diccionario siempre estará al alcance de nuestras manos y ojos. Y, además, el
idioma, los idiomas, no son ni deben ser puros: en la impureza está su fortuna,
su fecundidad, su belleza. Pero no hay nada más bacán que el hecho de que esa
impureza, esas nuevas formas, sean y sigan siendo producto -como siempre han
sido- del pueblo y, dentro de él, de los bajos fondos; es increíble pero es el
lumpen, los sectores marginales o marginados, los que hacen, deshacen,
modifican, enriquecen el idioma. No los intelectuales, no las academias y,
claro, tampoco los organismos "inclusivistas": lo que estos hacen
-aunque no se quiera reconocer- es tratar de imponer esas nuevas formas,
generadas en una especie de gabinete intelectual; en cambio, el pueblo propiamente
dicho o "los de abajo" (lo que llamé en mi libro como "los bajos
fondos del cielo"), no imponen, solo crean y asumen. Por eso el pueblo es
hermoso, caracho.
.................
Inclusión es, para decirlo con palabras medio
vulgares, "meter en un mismo saco objetos diversos". Decir
"ciudadanos del Perú" es una expresión inclusiva, porque se refiere
tanto a varones como a mujeres, incluye a ambos sexos o géneros. Lo otro -que
efectivamente es más explícito- es una precisión para cada género, es decir,
una precisión que se dirige a la exclusión, a la discriminación, a la
segregación (ojo, no estoy dando connotaciones despectivas o peligrosas a estas
palabras, por si acaso), porque hace diferenciaciones puntuales. Cuando digo,
por ejemplo, "el reino mineral", estoy empleando una frase inclusiva,
pues en ella estoy considerando a todos los minerales sin nombrarlos uno por
uno; si digo "oro" o "tungsteno", estoy haciendo
precisiones que equivalen a discriminar, es decir, sacar del contexto, a cada
uno de los componentes del mencionado "reino mineral", lo cual
significa, pues, que estas palabras no son expresiones inclusivas, sino
excluyentes. A esto apuntan mis pobres reflexiones.
.................
Finalmente, pregunto (a modo de ironía,
naturalmente): ¿Al aceptar el "todos y todas" como "lenguaje
inclusivo", sería válido y legítimo decir, también: "nosotros y
nosotras? ¿Ah?
Bueno, creo, Charito, que ahí está el problema. En el lenguaje, me parece, funciona lo que conocemos como "accidente gramatical" y no lo que sería (lo digo en broma por si acaso) una suerte de "accidente sexual". O sea, eso que tradicionalmente se conocía como "género" (masculino/femenino) que en la actualidad es usado como riguroso sinónimo de "sexo". En el lenguaje -creo yo- existe el género y no el sexo y esto indica, a su vez, que es excesivo y estaría fuera de lugar hablar de "machismo". Por otro lado, inclusivo es lo que incluye, y lo que siempre -hasta ahora que la cosa parece haber cambiado- se hacía, por ejemplo al decir "todos los niños del Perú", era eso, incluir en el término "niños" a todos, niños y niñas de este país. Más bien con la precisión "los niños y las niñas" lo que se está haciendo es discriminar, es decir, separar, tal vez con justicia, nominalmente a cada quien por razón de género; lo cual es, además aunque no importante, medio "antieconómico" porque se emplean más palabras. En mi modesto entender, más que voluntad inclusiva la cosa parece propósito revanchista o algo así. Ahora, aquello de recomendar, en aras del "lenguje inclusivo", que por ejemplo deje de decirse "los seres humanos" y se emplee "la humanidad" atenta, en algún modo, contra la libertad expresiva; los "inclusivistas" estarían, así, fomentando la exclusión hasta de ciertas maneras de hablar. Es pues, un tema de repente complejo, pero las propuestas posmodernas me parecen jaladas de los cabellos. Por ello es que solté la interrogante aderezada, claro está, con un medio mongo chiste. Un abrazo!
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24 de agosto del 2011
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