Me parece completamente inconsistente la explicación que
da el autor del artículo (Un poco de historia: de dónde provienen las palabras“boludo” y “pelotudo”).
Para comenzar es notoria la incongruencia entre la referencia histórica que hace acerca del uso de las "bolas" o "pelotas" de piedra en las "Guerras de la Independencia" argentina, y el significado con que usó una de esas expresiones un diputado en 1890. Veamos. Cuenta que "los pelotudos, haciendo gala de una admirable valentía" (...) les pegaban a los caballos (de los españoles) en el pecho, que de esta manera rodaban y desmontaban al jinete y provocaban la caída de los que venían atrás", y enseguida los lanceros terminaban pinchando a los enemigos. Es decir, el empleo de esas "armas pétreas" era sumamente eficaz, pues quienes las usaban salían airosos. Sin embargo, más abajo el artículo dice que un diputado ("allá por la década del ’90) afirmó que "no había que ser pelotudo en referencia a que no había que ir al frente y hacerse matar". ¿En qué quedamos? ¿Los "pelotudos" (que llevaban las pelotas de piedra en la batalla) "con admirable valentía" lograban su objetivo de desmontar a los jinetes enemigos para que seguidamente los lanceros los eliminen, o es que iban al frente para "hacerse matar"? Me parece absurdo e incoherente.
Bien. Lo único rescatable de la nota del argentino sería la explicación que da sobre el origen de la palabras "boludo" y "pelotudo" pero solo en cuanto a su construcción o más, concretamente, su derivación de bola y pelota; mas no respecto del significado que ahora tienen (aparentemente desde 1890, por el uso que hizo el diputado aludido), que es "necio o estúpido".
¿Por qué digo esto? Porque decir "boludo" o "pelotudo" en el sentido de necio o estúpido, nada tiene que ver, en realidad, con las pelotas de piedra grande o las boleadoras o bolas que usaban -en las guerras de la Independencia argentina- los "pelotudos" y "boludos", respectivamente. ¿Saben por qué? Porque, en primer lugar, estas expresiones de origen argentino asignadas ahora, repito, a los necios o estúpidos, corresponden al tipo de palabras que para muchos oídos resultan "malsonantes", puesto que (y aquí va el "segundo lugar" de mi explicación) "pelotas" y "bolas", en este caso, traen a la mente la alusión a los "huevos" como sinónimo vulgar, grotesco, soez o atrevido de "testículos", y que en el Perú, por ejemplo, da lugar a que a la persona lerda, estúpida, "caída del palto", se le llama "huevón".
En conclusión: ser pelotudo o boludo, es ser "huevón" (al que, además, se le dice a veces, a manera de pregunta insolente: "¿Acaso te pesan las bolas?"). Con la significación que nosotros conocemos ahora, y los argentinos también, "boludo" y "pelotudo" tienen que ver con las "bolas de carne" (testículos) y no con las de piedra, de la época de la Independencia "gaucha".
El artículo que aparece en la página "buenavibra.es", en consecuencia, no aporta casi nada interesante, en verdad.
Para comenzar es notoria la incongruencia entre la referencia histórica que hace acerca del uso de las "bolas" o "pelotas" de piedra en las "Guerras de la Independencia" argentina, y el significado con que usó una de esas expresiones un diputado en 1890. Veamos. Cuenta que "los pelotudos, haciendo gala de una admirable valentía" (...) les pegaban a los caballos (de los españoles) en el pecho, que de esta manera rodaban y desmontaban al jinete y provocaban la caída de los que venían atrás", y enseguida los lanceros terminaban pinchando a los enemigos. Es decir, el empleo de esas "armas pétreas" era sumamente eficaz, pues quienes las usaban salían airosos. Sin embargo, más abajo el artículo dice que un diputado ("allá por la década del ’90) afirmó que "no había que ser pelotudo en referencia a que no había que ir al frente y hacerse matar". ¿En qué quedamos? ¿Los "pelotudos" (que llevaban las pelotas de piedra en la batalla) "con admirable valentía" lograban su objetivo de desmontar a los jinetes enemigos para que seguidamente los lanceros los eliminen, o es que iban al frente para "hacerse matar"? Me parece absurdo e incoherente.
Bien. Lo único rescatable de la nota del argentino sería la explicación que da sobre el origen de la palabras "boludo" y "pelotudo" pero solo en cuanto a su construcción o más, concretamente, su derivación de bola y pelota; mas no respecto del significado que ahora tienen (aparentemente desde 1890, por el uso que hizo el diputado aludido), que es "necio o estúpido".
¿Por qué digo esto? Porque decir "boludo" o "pelotudo" en el sentido de necio o estúpido, nada tiene que ver, en realidad, con las pelotas de piedra grande o las boleadoras o bolas que usaban -en las guerras de la Independencia argentina- los "pelotudos" y "boludos", respectivamente. ¿Saben por qué? Porque, en primer lugar, estas expresiones de origen argentino asignadas ahora, repito, a los necios o estúpidos, corresponden al tipo de palabras que para muchos oídos resultan "malsonantes", puesto que (y aquí va el "segundo lugar" de mi explicación) "pelotas" y "bolas", en este caso, traen a la mente la alusión a los "huevos" como sinónimo vulgar, grotesco, soez o atrevido de "testículos", y que en el Perú, por ejemplo, da lugar a que a la persona lerda, estúpida, "caída del palto", se le llama "huevón".
En conclusión: ser pelotudo o boludo, es ser "huevón" (al que, además, se le dice a veces, a manera de pregunta insolente: "¿Acaso te pesan las bolas?"). Con la significación que nosotros conocemos ahora, y los argentinos también, "boludo" y "pelotudo" tienen que ver con las "bolas de carne" (testículos) y no con las de piedra, de la época de la Independencia "gaucha".
El artículo que aparece en la página "buenavibra.es", en consecuencia, no aporta casi nada interesante, en verdad.
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